divendres, 5 d’agost del 2011

ENTREGA INCONDICIONAL (Surrender)



   Verás, en las condiciones actuales del mundo, las circunstancias son siempre difíciles. El mundo entero está en un estado de contienda y conflicto entre el deseo de las fuerzas de la Verdad y de la Luz por manifestarse, y la oposición de todo lo que no quiere cambiar, que en el pasado está representado por lo que está anquilosado, endurecido, y que se niega a marcharse.

   Naturalmente, cada individuo siente sus propias dificultades; enfrenta los mismos obstáculos. Sólo hay un camino para él: la entrega total, completa e incondicional. Lo que quiero decir con esto es renunciar no sólo a las propias acciones, trabajo, ambiciones, sino también a todo lo que sentimos, en el sentido de que todo lo que haces, todo lo que eres, es exclusivamente para lo Divino. Así, te sientes por encima de las reacciones humanas asociadas; no sólo por encima de ellas, sino protegido de ellas por el muro de la Gracia Divina.

   Una vez que no tienes más deseos ni más ataduras; una vez que has renunciado a toda necesidad de recibir reconocimiento de los seres humanos, quienes quiera que sean, y sabiendo que la única recompensa que vale la pena es la que viene del Supremo, y que nunca falla; una vez que renuncias al apego a todos los seres y cosas exteriores, enseguida sientes en tu corazón esta presencia, esta fuerza, esta Gracia que siempre está contigo. Y no hay otro remedio. Es el único remedio para todos sin excepción.

   A todos los que sufren, es lo mismo lo que hay que decir: todo sufrimiento es señal de que la entrega no es total. Entonces, cuando sientes en ti un “pam”, en vez de decir “ah, esto hace daño”, “esta circunstancia es difícil”, dices “mi entrega no es perfecta”. Y entonces, sientes la Gracia que te ayuda y te guía, y continúas, y un día emerges en esa Paz que nada puede perturbar. Respondes a todas las fuerzas opuestas, los movimientos contrarios, los ataques, los malos entendidos, las malas intenciones, con la misma sonrisa que viene de la plena confianza en la Gracia Divina.

   Y ésta es la única salida – no hay otra. Este mundo es un mundo de conflictos, de sufrimiento, de tensión; ¡está hecho de eso! No ha cambiado – pasará algún tiempo antes de que cambie. Y para cada uno, hay una posibilidad de librarse, si te apoyas en la presencia de la Gracia Suprema; ésta es la única salida.

                                                                                              -Madre-   

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